lunes, 26 de mayo de 2008

La tierra del vino





La Rioja es tierra famosa por sus vinos. Buenos vinos de unos abundantes viñedos.

Aproximándonos a Haro, tierra hasta donde hoy viaja mi blog, hablamos también de un tapeo excepcional, propio de la zona, amén de las provincias cercanas.

Pues bien… si excepcional son el vino y las mujeres (digo, las tapas, me confundí con la canción popular de turno, jeje) no son menos excepcionales los aficionados al fútbol de la zona riojana en la cual nos encontramos.

Y puesto de tan buena afición, no podían tener otro que no fuese un modernista estadio como es el que tienen, El Mazo, futurista estadio del club local, el Haro Deportivo.

Bien cierto es que su pista de atletismo no ayuda a lo que es la visión del preciado deporte balompédico, pero lo compensa con su maravillosa grada. Esta grada (única grada, todo hay que decirlo), de aspecto futurista, no hizo otra cosa que recordarme el aspecto de una córnea, del ojo. El techo de la tribuna, a modo de párpado, y su aro de punta a punta dan muy bello aspecto a la grada rojinegra.

El césped, bonita pradera verde natural, sufre con la lluvia abundante de la zona. Pero amigos míos, esto es fútbol del norte. Aquí se lleva eso, cosa bella a su manera.


Con un estadio tan exquisito, no merecen menos que estar al menos una categoría por encima. Pero eso, amigos míos, por mi bien, espero el ascenso os llegue ya el año que viene.


El Mazo

4.400 espectadores

26 de Agosto de 2.004

lunes, 19 de mayo de 2008

La cátedra del futbol


El frío mesetario nos sigue hoy 60 quilómetros más hacía el sur. Allí donde los vacceos también llegaron para defender una nueva ciudad, a orillas de otro río. Esta vez era el Tormes el que regaba la ciudad, y Salmantica la ciudad en cuestión.

La antigua Helmantica se hizo famosa por sus estudios impartidos en su prestigiosa universidad. Pero la contemporánea Salamanca perdió su poderío a favor de otras. Pero clases no se dejaron de dar en ningún momento. Su famosa frase “lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta” solo se trasladó un poco. El Helmántico se llama este nuevo emplazamiento, y lo que se dan son clases de maravilloso fútbol.

En el frío estadio a las afueras de la capital charra (lo admito, pasé mucho frío en ese campo) se respira ambiente de estudio, ambiente de fútbol. Y tampoco han cambiado demasiadas cosas de un sitio al otro. Antes, la teología era una carrera importante que se impartía en la Universidad. Ahora, los curas siguen yendo al campo. Solo que ahora se quitan el alza cuellos para insultar a sus prójimos (léase árbitros).

Así pues, las cátedras siguen impartiéndose. Puede que para el club no sea el mejor momento, al igual que con la universidad… pero lo maravilloso de estas enseñanzas sigue ahí.

Helmántico

1.970

17.341 espectadores

domingo, 11 de mayo de 2008

En la Ribera del Duero


Tras el paso por el Mediterráneo, toca ir de viaje por la meseta. La pura y mítica meseta castellana. Y que mejor que encontrarnos con un equipo… típicamente mesetario. Y para ello acabamos en una fría ciudad a la rivera del Duero, la cual no se ganó en una hora: Zamora.

El equipo zamorano, de corta historia de vida (39 años les contemplan) a vivido los sinsabores del fútbol, des de pasar infructuosos años por la tercera hasta llegar a jugar la copa en el Camp Nou.


Pero hoy lo que nos interesa es el lugar donde la Perla Futbolística del Duero hace pasar las tardes de los fríos domingos a los zamoranos. Si dijimos que el club no rebosa ancianidad, su estadio es todo un yogurín. Atrás quedaron la Vaguada y el Ramiro Ledesma, campos míticos donde los haya. Y es que en 2000 fue el año en el cual se estreno el Ruta de la Plata.

Estamos hablando de un estadio coqueto donde los haya, moderno y el cual gusta. Tiene esa forma tan común de la zona del denominado grupo II del fútbol vasko, pero con su toque y estilo personal que le da el no ser de una ciudad cualquiera, sino de Occelum Durii, “el ojito del Duero”.

Quizás no sea el estadio donde más alta animación podréis encontrar. Quizás sus gritos no retumben en todos los partidos por las gradas. Pero cuando se tiene que estar, se está. Y con esa elegancia que se tiene, se les permite. De hecho, solo se ha perdido un partido este año en casa. Y es que este estadio desprende magia.